lunes, 29 de agosto de 2016

La fuerza de la panela, la tuvo El Tiburón.


En medio de las largas filas de carros, buses y motos en la avenida circunvalar, se ven brazos estirados de todas las medidas batiendo sus manos, algunas con pañuelos rojos, como si estuvieran alentando al rojiblanco, pero no, en esta ocasión, solo lo  hacen  para llamar  la atención de los que van adentro de los carros.
-       Siga, siga, siga ¡aquí hay parqueo, ya eso está cerrado!-

Así como los Kuervos alientan con el alma  a su tiburón desde la tribuna norte, centenares de barranquilleros se la rebuscan a las a fueras del estadio, con alma y pasión para obtener ganancias a raíz de la contienda entre el equipo de la Casa y el visitante, Junior Vs Cortuluá, donde uno de los dos saldrá ganador.
Poco a poco el estadio se fue llenando, a las 6 de la tarde del sábado, en  la mayoría de las sillas de todas las tribunas, se encontraba un juniorista,  cuyos ojos iban a una sola dirección, el terreno de juego,  allí  el verde fluorescente  que adornaba al uniforme del Cortuluá, hacía juego con la grama verde de la cancha, pero distaba del mar rojiblanco que lo rodeaba.

Como en un clásico juego de Dominó,  ya con los jugadores en sus posiciones,   después de  realizar movimientos previos entre el remate de Jorge Aguirre, el atajo de Pablo Mina, que defendió su arco y posteriormente el reboté Iván Vélez, se repartieron las fichas en el campo  de juego.  La primera ficha la lanzó Vladimir Hernández, con un gol, al minuto 12. Gol que reforzó el ánimo de los hinchas, que anteriormente había tenido un bajón, a causa del  penal  fallido que Jorge Aguirre cobró con mucha fuerza pero que voló por encima del arco.
Entre los cantos de los Kuervos ubicados en la tribuna Norte  y los del Frente RojiBlanco Sur,  Jarlan Barrera y  Vladimir Hernández comandaban el partido, pues a los pocos minutos de Hernández haber lazando la primera ficha que abrió el marcador, Jarlan anotó el segundo gol.  En conjunto a bombones, redoblantes y platillos, el  canto de los kuervos  y  todos los junioristas seguía: - ¡Vamos vamos, vamos tiburón, vamos, tiburón! – En realidad, no se sabe cómo los jugadores hacen para pegarle al balón en vez de bailar al ritmo del bombo de las barras que mezclan ritmos brasileros y de la región caribe, su canto es como el de una papayera junto a los cumbiamberos, sin el uno, no está el otro, un partido del junior, no sería igual sin sus hinchas del alma.
Al Parecer en el primer tiempo el equipo tulueño, no tenía ninguna ficha por  colocar, y le tocaba pasar el turno al siguiente jugador, pero al minuto 45 Mayer Candela, un experimentado jugador del futbol colombiano, que hizo parte de la selección Sub 23 de Colombia, rápidamente tomo una de las fichas sobrantes, y desde el medio campo la lanzó, Mayer no paso el turno  y le hizo un punto al ‘Ángel’ de Junior.
Pocos segundos para que terminara el primer tiempo, la euforia entre los hinchas subió, cuando Vladimir Hernández se dirigía rápidamente al arco del equipo contrario y  atacó, pero repentinamente esa euforia quedo en un: – ¡Ahhh! - ,  pues Pablo Mena defendió su arco y logró sacarla. El primer tiempo término y los aplausos en las tribunas no se hicieron esperar, mientras que en el terreno de juego, el equipo médico  entraba a estirar las piernas a algunos jugadores, otros  se dirigían a los camerinos.  Era el momento de la ‘Muñecas’, las porristas del Junior entraron  con sutileza, a mover los pompones blanco y distraer a los hinchas mientras pasaba el medio tiempo , pero la coordinación que se maneja entre los jugadores en el cancha, a estas les quedo corta. 

Por: Mery Parejo y Olga Orozco